martes, 8 de abril de 2008

Pequeño Pierrot de ciudad

El pequeño Pierrot juntaba con destreza, malabares y monedas, en un subte bajo las entrañas y la ciudad, era un mago, un fragil poeta, y entre las piernas de la impotencia, JA!, demostraba maravilloso, sus diferencias, ella lo vió irse, debía vivir en las cavernas y el oxido, siempre se oxida el tiempo, el tiempo es como un tunel de mentiras, van y vienen como subtes los fantasmas, la ciudad se hace pequeña, un arbol se sacude tan lejos, un niño duerme desnudo bajo las raices. Caput! revientan las puertas, un profeta, ese pierrot de ropas rajadas, asquerosas arañas en el paladar... el subterraneo se fue.

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